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AJO

INGREDIENTE TRADICIONAL… Y ALGO MÁS

El ajo es un ingrediente tradicional en la cocina, y ello no sólo por su sabor y su capacidad para dar a nuestros platos una calidad especial, sino porque atesora una de las mejores propiedades que podemos buscar hoy en un producto natural: su capacidad para frenar e incluso detener ciertos tipos de cáncer.

Pero hay que saber como obtener este beneficio. Y es que, cuando cocinamos a la manera habitual el ajo, es decir, lo freímos o lo cocemos, sin más, es decir, simplemente lo pelamos y lo troceamos y de ahí a la sartén o a la olla, perdemos una de las dos cualidades que tiene.

MENOS DE UN DIENTE AL DÍA ES SUFICIENTE

Algo que ha sido demostrado por estudios recientes: menos de un diente de ajo al día puede reducir a la mitad la posibilidad de desarrollar cáncer de próstata.

Pero también se ha demostrado que reduce la incidencia de cánceres de colon, estómago y e inclusive los de mama.

Pero estas capacidades, aunque nos parezca mentira, están vinculadas al modo en que preparemos el ajo para su consumo, como comenta John A. Milner, jefe del grupo de investigación en Ciencias Nutricionales, ubicado en el Instituto Nacional del Cáncer.

Al cortar o machacar el ajo crudo, se producen unas reacciones bioquímicas que culminan en la liberación de sulfuros activos (que entre otras cosas le da su olor característico al ajo) que son compuestos activos contra el cáncer.

Sin embargo, si una vez cortados o machacados los dientes de ajo, son calentados inmediatamente, cortamos la reacción enzimática que culmina en la producción de tales sulfuros.

ESPEREMOS 10 – 15 MINUTOS

Pero hay una ventaja que podemos aprovechar para no perder esta propiedad:

Si esperamos un tiempo de 10 – 15 minutos desde que troceamos o machacamos el ajo, la reacción enzimática tiene lugar y después es lo suficientemente resistente a las altas temperaturas como para no concluir cuando lo freímos o cocinamos.

Así que simplemente, cuando cocinemos, cortemos o machaquemos el ajo que vayamos a emplear y dejémoslo reposar ese tiempo mientras preparamos el resto de los ingredientes.

Así nos aseguraremos de disponer de estas cualidades anticancerígenas cuando lo usemos.

Dicha propiedad está también presente cuando compramos ajos ya picados y envasados.

Así como si picamos los ajos y los congelamos, sus propiedades permanecen activas al ser descongelados para usar.

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