La vitamina C es una molécula hidrosoluble con
capacidad para protegernos frente a los daños ocasiones por ‘radicales libres’, gracias a su capacidad antioxidante. Los ‘radicales libres’ son compuestos que el organismo genera en el proceso de transición de los alimentos que consumimos en energía. También encontramos radicales libres en el exterior que pueden afectar a la salud de los seres humanos, como la contaminación del aire, radiación solar ultravioleta o los cigarrillos.
Esta vitamina ingerida de forma equilibrada, aporta grandes beneficios a la salud,
previniendo enfermedades como el escorbuto; una afección por la cual se reducen las paredes de los vasos sanguíneos y debilidad en los capilares. Actualmente, el escorbuto es una enfermedad poco común en los países desarrollados.
Además, la vitamina C tienen importantes propiedades que ayudan al organismo a combatir el resfriado común, así como la gripe. Sin embargo,
es importante matizar que esta vitamina no previene el riesgo de contraer un virus gripal.
En la década de 1960, el prestigioso Nobel, el Doctor Linus Pauling, afirmó que altas dosis de vitamina C evitaban el resfriado común. Una afirmación que Pauling basó en un solo estudio y que generalizó al resto de la población. Sin embargo, con el paso de los años, muchos expertos han contradicho esta creencia.
El médico estadounidense Mike Sevilla expresa: «Desafortunadamente,
la investigación continuadamente ha demostrado que la vitamina C no previene el resfriado común«; en referencia a lo que aseguraba Linus Pauling hace ya 50 años.
Sin embargo, la vitamina C es muy útil para hacer frente al resfriado. Un tratamiento adecuado basado en
vitamina C ayuda a reducir la duración del resfriado común o la gripe; así como disminuye la gravedad de la afección. En estas ocasiones es necesario consumir una dosis elevada de la ingesta habitual diaria que necesita el ser humano.
Estas serían las dosis recomendadas de vitamina C de forma diaria para una persona en condiciones normales, según establece el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos:
Etapa de la vida |
Cantidad recomendada |
Bebés hasta los 6 meses de edad |
40 mg |
Bebés de 7 a 12 meses de edad |
50 mg |
Niños de 1 a 3 años de edad |
15 mg |
Niños de 4 a 8 años de edad |
25 mg |
Niños de 9 a 13 años de edad |
45 mg |
Adolescentes (varones) de 14 a 18 años de edad |
75 mg |
Adolescentes (niñas) de 14 a 18 años de edad |
65 mg |
Adultos (hombres) |
90 mg |
Adultos (mujeres) |
75 mg |
Adolescentes embarazadas |
80 mg |
Mujeres embarazadas |
85 mg |
Adolescentes en período de lactancia |
115 mg |
Mujeres en período de lactancia |
120 mg |
Dosis necesarias de vitamina C para combatir el resfriado
Para hacer frente al resfriado común es necesario doblar la cantidad normal de vitamina C. Por lo tanto,
un hombre adulto debería consumir en torno a 200 miligramos diarios de esta vitamina, en consonancia con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
En una investigación realizada en el año 2013, los responsables de este estudio comprobaron como los participantes que ingirieron 200 miligramos de vitamina C de forma diaria superaron el resfriado común a mayor velocidad que aquellos a los que le fueron suministrados placebos. La investigación también mostró la capacidad de la vitamina C para disminuir la severidad del resfriado.
Mediante la alimentación,
podemos obtener 200 miligramos de vitamina C simplemente con ingerir una papaya pequeña (96 miligramos) y unas rodajas de pimientos rojos (117 miligramos). Aunque también existe la posibilidad de acudir a suplementos médicos que contengan las cantidades recomendadas.
En exceso puede ser perjudicial
Atención, porque debemos tener cuidado a la hora de ingerir dosis elevadas de vitamina C. Si convertimos la ingesta elevada de esta vitamina en algo habitual es necesario comunicarlo a un especialista médico, ya que puede derivar en problemas gastrointestinales, náuseas y dolor abdominal.
Si está resfriado, ya sabe que
la vitamina C puede ayudar a reducir la duración del mismo. Pero siempre debe ser consumido en cantidades controladas y bajo supervisión de un especialista. En estos casos, lo más adecuado es obtener la vitamina C a través de la alimentación.